Entre Los Corrales de Buelna y Torrelavega, en una extensión bastante reducida de terreno a orillas del río Besaya entre montañas y naturaleza salvaje, hay una zona que me parece muy curiosa.
En menos de un kilómetro nos podemos encontrar con un antiguo monasterio, un balneario de aguas termales, una fábrica textil abandonada y una mina.

El Hotel Balneario Las Caldas de Besaya fue fundado en 1826. Sus 7 manantiales de aguas termales rodeados por vegetación y naturaleza espectacular eran el reclamo perfecto para que la gente pudiente de finales del siglo XIX frecuentara sus instalaciones. A día de hoy sigue funcionando pero sin el éxito de épocas pasadas.

Un poco más arriba del balneario nos encontramos con el Santuario de Nuestra Señora de Las Caldas. Un antiguo convento barroco del siglo XVII (que después pasó a ser un seminario mayor de los monjes dominicos) compuesto por una iglesia, un claustro, dos edificios grandes con celdas, biblioteca, etc. También consta de una «Casa de ejercicios» para el retiro y la profundización en la espiritualidad cristiana y un restaurante para celebrar banquetes de bodas.

A escasos 500 mts. nos encontramos con una presa y saltos de agua en el rió al lado de un par de edificaciones semi abandonadas. Se trata de una antigua empresa textil fundada en 1892 donde se fabricaban sacos y que llegó a contar con 200 trabajadores. En 1970 cerró sus puertas de forma definitiva.

Si cruzamos un pequeño puente situado en el centro del complejo del balneario nos encontramos con una mina. La parte principal que sigue en funcionamiento es de Candesa pero hay zonas abandonadas que, según algún rótulo, parece que formaban parte de una antigua mina llamada San Antonio.

En definitiva, un pedacito de terreno lleno de contrastes y con muchas historias detrás.